Aprender a redactar correctamente es uno de los requisitos más importantes para un traductor. Normalmente, como es de sobra conocido en la profesión, a los traductores se les exige un amplio dominio de la terminología de aquellos sectores en los que trabaja y, además, se le suponen conocimientos especializados o bien la capacidad para documentarse convenientemente antes de iniciar cualquier tarea de servicio interlingüístico. Esto se debe a que, en el sector de la traducción, se hace un gran hincapié en las destrezas relacionadas con la lengua de partida: se pide acreditar un nivel alto del idioma de origen, se desea conocer si el perfil incluye conocimientos específicos en algún campo de especialidad, se mencionan las capacidades de redacción en dicho idioma, etc. En definitiva, se aprecia que los candidatos dominen el idioma de partida y esto es, en efecto, una cualidad indispensable para cualquier profesional de la prestación de servicios lingüísticos. ¿Cómo podríamos traducir sin la habilidad de analizar un texto y comprender todos sus matices para poder extraer su auténtico significado y reproducirlo en nuestra lengua de destino para que tenga el mismo efecto en la audiencia objetivo? ¿Cómo podríamos traducir un texto de carácter científico, jurídico o técnico sin disponer de recursos que nos permitan encontrar las equivalencias de ciertos términos en nuestro idioma? Sin duda, las competencias en el idioma de partida son indispensables.
Sin embargo, resulta curioso destacar que, en muchas ocasiones, no se les presta la misma atención a las habilidades en la lengua de destino. Con frecuencia, se da por hecho que, si el traductor traduce a su lengua nativa, tendrá una capacidad innata para producir textos perfectamente localizados y correctos, y se pasa por alto evaluar este aspecto a la hora de valorar posibles candidaturas para una agencia o para un proyecto en concreto. Podríamos decir, a modo de máxima, que, de la misma manera que hablar una segunda lengua no nos convierte automáticamente en traductores aptos para prestar servicios lingüísticos a nivel profesional, ser hablante nativo de un idioma no nos confiere la capacidad de dominar todos los aspectos que rigen una correcta redacción en la lengua de destino. Esto es importante porque, si bien muchos textos son de carácter técnico y lo que exigen es un mayor rigor terminológico, existen otros textos donde es fundamental exponer la información de manera fácilmente interpretable y atractiva para los lectores, de modo que aumente la probabilidad de que su comportamiento coincida con el de las expectativas de los clientes. Esto es más fácil conseguirlo cuando traducimos a nuestra lengua materna, pero hay que tener presente que, como hablantes nativos, también hemos interiorizado estructuras desaconsejadas y usos incorrectos de la lengua, de los cuales conviene ser conscientes para poder subsanarlos y evolucionar hacia un estilo de redacción gramatical y ortotipográficamente correcto que evidencie el dominio lingüístico del traductor que participa en un proyecto.
Uno de los aspectos que más afectan a nuestra redacción, aparte del evidente uso que hagamos del léxico y la gramática, es la puntuación. Como ya contábamos en Signos de puntuación: Claves de redacción I, la puntuación es importante porque nos ayuda a marcar el ritmo de la lectura de un texto, y así permitir al lector hacer las pausas en el momento que corresponda, ya sea para descansar o para organizar correctamente la información. Asimismo, no hay que olvidar que la puntuación también es importante a la hora de aclarar el significado, ya que su ausencia puede dar lugar a un significado completamente opuesto o bien entorpecer la capacidad de comprensión. Por ello, creemos que es conveniente aclarar el significado y el uso de algunos signos de puntuación en español y diferenciarlos de los usos que se hacen de ellos en otros idiomas. En el artículo de hoy, vamos a centrarnos en las comillas.
Las comillas (en inglés «quotation marks», en francés «guillemets», en portugués «aspas», en italiano «virgolette», en alemán «Anführungszeichen» y en ruso «кавычки») son un signo de puntuación que tienen varios usos dentro de la lengua escrita. Aunque principalmente se les conoce su uso para delimitar las citas que les atribuimos a otros hablantes en estilo directo, lo cierto es que pueden aportar mucho más a nuestra redacción si sabemos hacer un buen uso de ellas. A continuación, te presentamos todos los usos que explican desde la Real Academia del Español:
- Para enmarcar la reproducción de citas textuales.
- Para encerrar, en las obras literarias de carácter narrativo, los textos que reproducen de forma directa los pensamientos de los personajes.
- Para indicar que una palabra o expresión es impropia, vulgar, procede de otra lengua o se utiliza irónicamente o con un sentido especial.
- Cuando en un texto manuscrito se comenta un término desde el punto de vista lingüístico, este se escribe entrecomillado.
- En obras de carácter lingüístico, las comillas simples se utilizan para enmarcar los significados.
- Se usan las comillas para citar el título de un artículo, un poema, un capítulo de un libro, un reportaje o, en general, cualquier parte dependiente dentro de una publicación.
Ahora bien, en español contamos con varios tipos de comillas: las angulares/francesas («a»), las rectas/inglesas (“a” o «a») y las simples (‘a’ o ‘a’). ¿Cuáles debemos emplear? Lo cierto es que, en el mundo de la traducción, muchos clientes tienen sus propias preferencias, pero lo cierto es que el orden de uso es el orden en el que las hemos presentado, de tal manera que, cuando coincidan varias necesidades de entrecomillación en un mismo texto, aplicaremos un orden jerárquico, como nos explican en el siguiente ejemplo: «Antonio me dijo: “Vaya ‘cacharro’ que se ha comprado Julián”».
Por supuesto, cada idioma tiene sus propias convenciones en cuanto al uso de las comillas, e incluso puede que cuenten con otros tipos de comillas distintos. Por ello, lo importante es aprender a identificarlas y localizarlas correctamente en la lengua de destino para imprimir una mayor corrección en las traducciones que redactemos.
Ref. de la imagen: https://www.homeworkhelpglobal.com/us/blog/punctuation-marks/