LA TRADUCCIÓN EN LA INDUSTRIA DE LA MODA

La mediación intercultural se ha consagrado como una actividad necesaria para las relaciones entre las personas. Si el lenguaje es la facultad del ser humano para comunicarse y se materializa en las distintas lenguas, la mediación intercultural es la herramienta que permite conectar dichas lenguas a través de la traducción. Por ello, en el mundo actual, la gran mayoría de los productos, casi con independencia de dónde surjan originalmente, deben localizarse a los distintos mercados, para que personas de diversas culturas puedan acceder a los bienes y servicios que estos comportan. Como tal, la traducción se lleva especializando desde sus inicios hasta convertirse en una actividad profesional de prestigio a la que se le confiere, poco a poco, el valor que merece conforme a la labor que desempeña. Como sabemos, la traducción ya ha dejado de consistir en hallar correspondencias directas entre sistemas lingüísticos al nivel de la palabra o de la oración. Los enfoques de traducción modernos, y las necesidades que buscan satisfacer, exigen que los productos localizados cumplan una serie de requisitos de localización, que pasan por la adecuación a la finalidad última de los materiales, por la corrección terminológica y gramatical, así como por la creación de alianzas fructíferas entre quienes precisan servicios interlingüísticos y quienes los prestan. Como tal, en la actualidad podemos ver que las agencias de traducción y los profesionales autónomos se preocupan por ofrecer servicios especializados a los clientes, es decir, darles la garantía de que la persona que se encargue de la traducción tiene conocimientos específicos en una materia o ha realizado un proceso de documentación sobre la misma, lo que asegura que el producto final posea una calidad superior y cumpla los parámetros que mencionábamos anteriormente. Esta necesidad de especialización se ha hecho muy patente en los ámbitos técnicos y legales. Por ello, encontramos una gran oferta de profesionales que se centran en contenidos jurídicos o bien en algún tipo de sector en concreto, como la biología, la medicina, la biotecnología, la ingeniería, etc. Sin embargo, parece existir la creencia de que la prestación de servicios especializados solo atañe a este tipo de áreas, relegando a un segundo plano otros ámbitos de nuestra vida diaria en los que también existen necesidades interlingüísticas y que necesitan de perfiles que posean una formación adecuada (por ejemplo, en este artículo hablamos de la traducción gastronómica). ¿Acaso no consumimos arte localizado (doblaje y subtitulación de películas y series, traducción de libros, subtitulación de canciones/videoclips, etc.) con gran frecuencia? Como decíamos, la capacidad de conexión que proporciona la mediación intercultural es un aspecto esencial de nuestra era, por lo que la industria de la traducción tiene la responsabilidad de cubrir todas estas necesidades y prestar sus servicios con una garantía de calidad.

En este artículo, queremos centrarnos en otro sector que está cobrando especial relevancia en el mercado de la traducción y que tiene unos requisitos muy específicos. Hablamos de la traducción en la industria de la moda.

Ahora bien, ¿qué entendemos por «industria de la moda»? Este sector incluye la fabricación, la distribución, el marketing, la venta al por menor, la publicidad y la promoción de todo tipo de indumentarias. Estas abarcan un amplio espectro, puesto que este puede dirigirse a un sexo específico, a un grupo de edad concreto (p. ej., la moda infantil), a un tipo de prenda determinada, así como al uso de distintos materiales, conceptos estéticos, niveles de sofisticación y métodos de exhibición.

La industria de la moda es una industria muy extensa, ya que en ella trabajan todo tipo de profesionales a distintos niveles. Aquí podemos incluir a fabricantes de prendas, diseñadores, modelos, publicistas, vendedores, organizadores de eventos, etc. En definitiva, existen muchos perfiles interesados en localizar contenido relacionado con el mundo de la moda, sobre todo porque las operaciones comerciales en este sector suelen buscar cierta proyección internacional y, para ello, necesitan recurrir a servicios interlingüísticos especializados. Pero, ¿qué tipo de contenidos se suelen traducir?

La industria de la moda abarca materiales muy diversos. Para empezar, tenemos la traducción de textos sobre conocimientos textiles y divulgación de moda, los cuales encontramos en los manuales de confección y en la literatura especializada en este tema. Se trata de textos con un nivel de dificultad variable pero que comprenden una gran variedad de términos que hay que conocer y reproducir con precisión para entregar una traducción de calidad. Por otra parte, esta modalidad también requiere de traducciones creativas que permitan captar la atención del público y de los potenciales clientes, como es el caso de los catálogos de ropa, la localización de páginas web y los portales de las marcas. En un paso más allá de especialización, cabe destacar que en ocasiones la industria de la moda recurre a los servicios de transcreación para plantear estrategias de internacionalización de sus productos y asegurarse de que las decisiones que toman son las más acertadas para introducir un producto en un mercado extranjero, sobre todo en grandes campañas de publicidad. De todo ello, se desprende que no existe un perfil único para el traductor de moda. Este debe conocer el ámbito de especialidad, pero también ser capaz de lograr reproducir el efecto de los materiales originales, a través de dichos canales de difusión, y promover el interés entre los destinatarios finales. En el camino, los traductores tendrán que enfrentarse a una serie de dificultades propias de esta modalidad:

En primer lugar, tenemos que contemplar la enorme presencia de extranjerismos. El mundo de la moda avanza tan rápido que en ocasiones no da tiempo a crear y normalizar un término en las diferentes lenguas locales. Por ello, es muy frecuente que las culturas de destino importen palabras directamente desde las lenguas más características de esta industria: el inglés y el francés. Por este motivo, el traductor debe estudiar el objetivo de cada proyecto, investigar y decidir si ciertos términos deben localizarse en la lengua de destino o bien mantenerse en la lengua original, así como si distinguirlos con cursiva o normalizarlos con letra redonda. Su labor aquí es de gran responsabilidad, porque con cada traducción, pueden crear norma. Asimismo, otro aspecto importante es el de la localización de factores extralingüísticos, como las tallas. Cuando se plantea la estrategia lingüística a la hora de distribuir una prenda, hay que estudiar si el tallaje varía entre las distintas culturas, por lo que será necesario decidir cómo se le va a presentar esta información a los destinatarios.

Si logramos poner en consonancia todos estos aspectos, seremos capaces de ofrecer traducciones competitivas y de calidad que presenten un grado de precisión muy alto, contribuyendo a enriquecer en última instancia el conjunto de materiales sobre moda que se difundan en una lengua de destino.

Ref. de la imagen: https://mojly.com/35-pics-weird-fashioned-people-5025/weird-fashion-clothes-funny-hilarious-pics-catwalk-fashion-weird-catwalk-fashion-weird-catwalk-1/

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