LA TRADUCCIÓN EN EL SECTOR GASTRONÓMICO

La traducción es un arte al servicio de otras formas de arte. Sin embargo, en nuestro sector, es bastante habitual relacionar la prestación de servicios lingüísticos con la generación de soluciones específicas para necesidades enmarcadas en la industria técnica y biosanitaria. A fin de cuentas, los documentos más prolíficos y recurrentes en las bandejas de entrada de las grandes agencias de traducción y los profesionales autónomos son textos altamente especializados sobre algún área de conocimiento en particular (por ejemplo, manuales de instalación, instrucciones de uso, descripciones de productos industriales y sanitarios, amén de un sinfín de documentación legal, sobre la que hablamos en mayor profundidad en Las principales dificultades de la traducción jurídica. La gran abundancia de estas tipologías puede llevarnos a pensar que la actividad traductora solo destaca en ellas, o que la necesidad de perfiles profesionales cualificados solo se hace precisa en estos casos, relegando otras tipologías de traducción a una categoría más anecdótica y menos exigente. Pero, en realidad, fuera del ámbito industrial, existe un universo de especializaciones que exigen el máximo potencial creativo de los traductores, un alto nivel de precisión terminológica y la sensibilidad suficiente para entender el sentido absoluto de los materiales originales y como trasladar su fuerza a las culturas de destino. En concreto, nos referimos a la traducción relacionada con las formas de creación y proyección artística, que van desde la pura expresión plástica hasta los oficios ejecutados con aspiraciones estéticas y fines persuasivos. Por ello, en el artículo de hoy nos centraremos en la profesión traductora en uno de esos campos, en concreto, en el del sector gastronómico.

Pero, ¿qué entendemos por «traducción gastronómica»? En esencia, nos referimos al conjunto de servicios lingüísticos relacionados con la localización y adaptación intercultural de textos que se enmarquen en el ámbito de la preparación de alimentos y en el de sus formas de comercialización. ¿Y cómo surge esta modalidad y por qué es tan importante? Como de costumbre, hallamos el surgimiento de esta modalidad en el contexto de la globalización. De un tiempo a esta parte, la gastronomía ha influido notablemente es varias esferas de nuestra sociedad. En primer lugar, tenemos el ocio gastronómico en relación con el sector de los viajes. Las personas que hacen turismo, nacional o internacional, desean conocer y degustar los productos locales y, para ello, es necesario que los destinos receptores sepan explicar claramente y de forma atractiva cuáles son sus productos. Por otro lado, la cocina profesional y la alimentación con conciencia se han colado en las pantallas de millones de personas en los últimos años. Ahora existen cientos de programas de televisión sobre cocina protagonizados por chefs profesionales, las redes sociales están llenas de publicaciones sobre vida saludable, alimentos exóticos, restaurantes de peregrinación y demás elementos del espectro foodie o «comidista», como se recomienda traducir el anglicismo en un artículo de la Fundéu. Asimismo, los chefs, las empresas de alimentación y sus expertos generan material textual relacionado con todo este sector: recetarios, libros de alimentación sana, guías especializadas, menús para restaurantes, y un largo etcétera de documentos que suele ser preciso versionar a otros idiomas para poder acercar su contenido a otras culturas, generar interés y, en última instancia, motivar el desembolso económico. En otras palabras, el sector gastronómico está estrechamente relacionado con el del turismo y el ocio, por lo que la traducción gastronómica es un recurso realmente útil para ayudarle a alcanzar su máximo alcance y potencial. Ahora bien, ¿a qué tipo de textos nos enfrentamos?

Sin duda, uno de los primeros textos que nos vienen a la mente a la hora de hablar de traducción gastronómica es el de los menús y las cartas de los bares y restaurantes. Fundamentalmente, se debe a su mala fama, y es que es habitual encontrar cartas con traducciones sin sentido que provocan las reacciones más hilarantes. Esta realidad, esto no hace más que poner de manifiesto una necesidad existente en la industria. Y es que hay que tomar conciencia de que la gran mayoría de platos locales no cuentan con una traducción equivalente en las lenguas de destino, ya que en sus respectivas culturas no existen dichos platos. Por ello, lo que se requiere en estos casos es un traductor que sepa hallar un equilibrio entre la creatividad y la descripción. Como tal, en las cartas localizadas estratégicamente, es habitual encontrar una traducción ligeramente más extensa que logre dar al lector objetivo una idea general de lo que se está ofreciendo. Como ejemplo, os mostramos la versión en español y en inglés de la carta de este restaurante, donde podemos ver que los «calamares a la andaluza» se localizan a «fried breadcrumbed squids», entre otros interesantes ejemplos.

Paralelamente, es habitual localizar libros, revistas y demás publicaciones impresas sobre cocina y alimentación para su introducción en mercados extranjeros. Por supuesto, es preciso conocer las traducciones exactas de los ingredientes; pero, adicionalmente, hay que tener en cuenta la posibilidad de convertir las unidades en el caso de que la traducción se realice entre culturas con sistemas métricos distintos. Del formato físico pasamos al electrónico, y es que la traducción gastronómica también está presente en Internet, en la localización de páginas web y blogs especializados.

Por todo ello, es fundamental contar con la participación de traductores especializados o que sepan realizar labores de documentación profunda para lograr crear traducciones exactas, además de contar con habilidades de redacción enfocadas a la publicidad y a promover el consumo. Al igual que en los ámbitos más técnicos, aquí también será necesario alcanzar un alto nivel de precisión, realizar controles de calidad exhaustivos y crear canales de comunicación constantes y fluidos con el cliente para saber en todo momento cuáles son sus expectativas y necesidades. Con todo ello presente, seremos capaces de ofrecer y lograr traducciones gastronómicas competitivas, con plena consciencia de los requisitos del sector y que ayuden a promover el gusto y el aprecio por la gastronomía local y extranjera.

Ref. de la imagen: http://www.zeit.vip/2016/08/02/erste-hilfe-vor-dem-ertrinken-in-der-papierflut-2/

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