Desde Montero Traducciones siempre intentamos transmitir a todos nuestros clientes y colaboradores la importancia de un texto bien escrito, ya que cualquier acto comunicativo se convierte en carta de presentación de toda compañía. Si un texto no se puede leer con fluidez o contiene faltas (ya sean ortográficas o gramaticales), el trabajo perderá su valor y el cliente se verá perjudicado.
Y es en este contexto donde adquiere una gran relevancia la etapa de Revisión como una etapa clave a lo largo del proceso de traducción de un texto.
Pero, ¿qué es la revisión? Según la definición de la Comisión Europea, Dirección General de Traducción, “es la comparación de una traducción con su original a fin de señalar o corregir posibles diferencias, tanto en su contenido como en su presentación formal.”
A través de la revisión los traductores buscan asegurar el perfecto ajuste de la traducción y se sirven de ella como instrumento de control de calidad.
Existen diferentes tipos de revisión:
- Revisión propiamente dicha: el revisor lee frase a frase la traducción y el original introduciendo sus correcciones u observaciones. Normalmente se revisa el texto íntegro aunque no se excluye una revisión parcial.
- Lectura cruzada: el revisor lee la traducción y, si algo no parece ser correcto, consulta el original para asegurarse de que se encuentran en sintonía, introduciendo al mismo tiempo sus correcciones u observaciones.
Sin embargo, la simple lectura (que no tenga en cuenta el original) y la cala (utilizada sólo para comprobar la calidad del texto) no se consideran revisiones.
¿Como se llega a ser revisor? A pesar de la importancia que asume el revisor todavía no hay una enseñanza reglada. En algunos grados y posgrados ya existen asignaturas dedicadas a la revisión y se puede observar un creciente interés de estudiantes y profesionales por esta actividad.
El éxito de un buen traductor se basa principalmente en un proceso continuo de práctica y horas de documentación a sus espaldas.
Fuente: DGT; Patricia Lluberas
Imagen: Impacting