imagen - el presupuesto justo

Los proveedores de servicios lingüísticos son profesionales que se encargan de traducir diversos materiales entre un par de lenguas, entre otras tareas relacionadas, como la revisión, la corrección, la interpretación, la redacción y un largo etcétera de posibilidades que tan necesario hace contratar este tipo de servicios cuando se requiere reproducir un material en otro idioma. En cuanto a los clientes, lo más habitual es que tengan clara la finalidad: una traducción. Pero lo cierto es que es probable que el contexto que rodea al encargo de traducción lleve implícita otra serie de necesidades que los clientes pueden desconocer u olvidar especificar, y es labor del proveedor de servicios lingüísticos determinarlas. Por este motivo, es fundamental proporcionar toda la información posible a la hora de ponerse en contacto con estos profesionales; así, podrá recibirse una respuesta en la que se confirmen los servicios que deben prestarse, junto con un presupuesto en el que se detalle el coste del trabajo que se va a realizar.

 

A la hora de escribir en relación con un encargo de traducción, es imprescindible dejar constancia de una serie de aspectos. En primer lugar, hay que indicar el par de idiomas con los que se va a trabajar y su sentido o dirección (es decir, cuál es la lengua de origen y cuál es la de destino). Seguramente el mercado de un cliente solo se desarrolle en una pareja de idiomas (inglés-español, francés-español), pero los profesionales encargados de gestionar el proyecto (o bien los mismos traductores) necesitan determinar si cuentan con los recursos humanos correspondientes. ¿Qué pasaría si solicitase un encargo para una «traducción de cinco páginas» a su traductor de confianza y resulta que le ha adjuntado un documento escrito en serbio? Esto supondría un contratiempo, como también lo supone indicar con tan poca precisión el volumen de palabras que se ha de traducir. Lo ideal sería hacer un recuento de las mismas y desechar fórmulas como el n.o de páginas, ya que ignoramos la fuente, el tamaño de la fuente y –muy importante– si hay figuras editables. También puede darse el caso de que el texto venga en forma de imagen y que por ello sea difícil hacer una estimación de su volumen. Por ello, los proveedores de servicios lingüísticos siempre agradecen que se les envíe una copia del archivo original, ya que cuentan con herramientas OCR que pueden realizar esta tarea. Algunos clientes creen que esta no es una buena opción porque los documentos son de carácter confidencial, pero siempre se pone a su disposición la posibilidad de firmar un contrato de confidencialidad que proteja aún más la divulgación de su contenido. ¿Y el contenido? Tan importante como indicar la pareja de idiomas es indicar el ámbito de especialidad. Aunque los traductores están preparados para llevar a cabo procesos de documentación sobre distintas temáticas, es posible que deba elegirse a un traductor con conocimientos profundos en la materia, y esto es imposible sin recibir esta información. ¿Es un documento legal?, ¿se trata de un ensayo médico?, ¿se solicita traducir un texto publicitario?, ¿es una patente? Este último caso pone de manifiesto la importancia de señalar no solo el ámbito de especialidad, sino también la finalidad última del documento. Y es se puede contratar a un traductor especializado, pero si este no está familiarizado con el proceso de traducción de patentes y su terminología asociada, existe el riesgo de que esa patente sea rechazada. Por último, en este pequeño resumen incluiríamos el plazo en que se desea recibir la traducción. Los proveedores de servicios lingüísticos necesitan organizar minuciosamente el reparto de tareas para poder garantizar una entrega a tiempo y con la mayor calidad, así que especificar este dato resulta valioso. Con toda esta información, los profesionales podrán enviarle un presupuesto detallado.

 

Ahora bien, en ocasiones los clientes solicitan un presupuesto a empresas diferentes para poder hacer una comparación y escoger el que mejor se adecue a sus necesidades y a su presupuesto. Sin embargo, hay una marcada tendencia a decantarse ciegamente por el presupuesto más bajo, una opción que nos consta que en multitud de ocasiones ha provocado a la larga una gran insatisfacción en el cliente. ¿A qué se debe? Aunque parece que aquí subyace el argumento de «lo barato sale caro», lo cierto es que con esta reflexión nos gustaría alentar a los clientes a que, antes de aceptar el precio de un presupuesto, tengan claro qué servicios vienen incluidos con el mismo. Es decir, entre un presupuesto de traducción de 0,10 € por palabra y otro de 0,075 € la palabra, parece lógico decantarse por el segundo, ya que es más barato. Pero, ¿y si consultamos qué incluye ese presupuesto? Podría darse el caso de que el primero incluyera traducción y revisión (es decir, el trabajo de dos profesionales y una mayor precisión implícita) y el segundo, solo la traducción. ¿Qué presupuesto escogeríamos entonces para traducir nuestro material?

 

El sector de la prestación de servicios lingüísticos es muy competitivo y existen grandes fluctuaciones en los presupuestos. Por ello, recomendamos a todos los clientes que procuren estar lo más concienciados posible y que tengan siempre claro qué servicios contratan cuando aceptan un presupuesto de traducción.

Ref. de la imagen: https://www.revistaimg.com/dominas-la-gestion-de-costos-y-presupuestos-del-mantenimiento/

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