El alcance de los servicios lingüísticos no tiene límite. Allí donde exista una necesidad de comunicación truncada por la existencia de dos o más idiomas distintos, habrá cabida para la mediación de un profesional de la traducción. Como siempre se apunta, esta labor no solo tiene lugar a través del canal escrito, en cuyo caso hablamos de traducción propiamente dicha, sino que también tiene una presencia significativa a través del canal visual (interpretación de lengua de signos) y del canal auditivo, donde se enmarca específicamente la interpretación. Aunque, en esencia, el objetivo pueda considerarse el mismo (reproducir en un segundo sistema lingüístico lo que se ha expresado en un primero), lo cierto es que las prácticas asociadas a cada tipo de actividad, así como los contextos que generan la necesidad de estos servicios, las expectativas de los clientes, la tecnología empleada y las capacidades que se les presuponen a los profesionales, son notablemente diferentes. De hecho, lo habitual es entender la traducción y la interpretación como dos actividades comerciales separadas y dos especialidades diferentes dentro de la industria de prestación de servicios lingüísticos. Un profesional puede ser un buen traductor, pero no demostrar el mismo dominio de competencias cuando realiza una interpretación, y viceversa. Como tal, es preciso tener en cuenta estas distinciones a la hora de analizar los tipos de perfiles necesarios para cada una de estas tareas, así como para entender cómo es el día a día de los profesionales y cómo influye en ellos el desempeño de sus funciones.
En el caso de la interpretación, se ha investigado mucho sobre el impacto que causa en la salud mental de los intérpretes su labor a la hora de prestar servicios lingüísticos directamente relacionados con las personas que los necesitan. Como sabemos, los intérpretes realizan traducciones a través del canal oral en diversos tipos de circunstancias que, en mayor o menor medida, implican un contacto con los receptores de dicha interpretación. Por un lado, existen interpretaciones en las que un solo intérprete traduce para una o más personas la ponencia de un orador y estas lo escuchan a través de un dispositivo, como por ejemplo unos cascos. Por otro lado, existen interpretaciones en las que los intérpretes guardan una relación de distancia más cercana, como en las interpretaciones telefónicas en las que se crea un diálogo directo entre las dos partes de interlocutores o las interpretaciones que requieren la presencia física de los intérpretes, que a menudo se tienen que desplazar a los lugares de interés para atender a las distintas personas o bien tienen que acompañar durante un periodo de tiempo a las partes interesadas.
En este contexto multidisciplinar de la interpretación, íntimamente ligado con las relaciones interpersonales durante la asistencia lingüística, se ha observado que ciertas situaciones pueden influir notablemente a largo plazo en algún aspecto de la salud mental de los intérpretes. Por supuesto, uno de los más aparentes, como ocurre en todas las actividades profesionales y en cualquier aspecto de la vida, es el estrés. A diferencia de la traducción, la interpretación lleva asociada una serie de factores desencadenantes del estrés, como la incertidumbre de no conocer siempre la totalidad del mensaje a transmitir, lo que genera inseguridad en cuanto a la posibilidad de transferencia. Asimismo, los medios que se ponen a disposición de los profesionales lingüísticos no siempre son los más adecuados (cabinas que no funcionan, comunicaciones con los clientes ineficientes previamente al evento, etc.), por lo que en muchas ocasiones esto genera un estado de desconocimiento que juega en contra de las buenas prácticas en el sector de la interpretación. No obstante, para poner fin a estas situaciones, las asociaciones y demás partes involucradas en esta actividad profesional ya están actuando para concienciar a los clientes que contratan servicios de interpretación como a los propios intérpretes, para que sepan gestionar sus emociones en torno a estos aspectos.
Sin embargo, también ha suscitado interés el impacto que tiene para los intérpretes prestar servicios lingüísticos en situaciones de conflicto. La mediación lingüística que facilitan los intérpretes a menudo se requieren en circunstancias de carácter inmediato que llevan asociada una cierta urgencia o se producen en entornos de gravedad. Por ejemplo, podríamos destacar los servicios de interpretación sanitaria, que ponen en contacto a las personas con una dolencia con el personal sanitario correspondiente. Puede darse el caso de tener que traducir bajo mucha presión, en circunstancias con pacientes nerviosos que no se expresan correctamente o incluso de tener que comunicar malas noticias. Como otro ejemplo, también tenemos la interpretación en contextos bélicos o de crisis humanitarias. Muchas personas se ven obligadas a realizar movimientos migratorios huyendo del peligro y de la escasez y a menudo encuentran asilo en territorios donde no se habla su mismo idioma. Durante este proceso, tienen que comunicarse con las autoridades, con los órganos regulatorios, en los centros de acogida y en los hospitales. Las historias de muchas de estas personas son realmente duras y se enmarcan en un contexto de sufrimiento, por lo que los mensajes que se transmiten y, en ocasiones, el trato directo con ellas, pueden dejar una impronta en los profesionales lingüísticos encargados de las interpretaciones.
Esta impronta se denomina «trauma» y aparece cuando el intérprete empatiza de forma prolongada con el sufrimiento ajeno y lo asimila como propio. Se considera que esto se debe a una falta de formación de perfiles de interpretación específicos para este tipo de casos sensibles, que difieren enormemente de la interpretación comercial. Por ello, se está incidiendo cada vez más en el desarrollo de formaciones específicas y buenas prácticas para aprender a desenvolverse profesionalmente en este tipo de servicios, con lo cual se espera mejorar la calidad de las interpretaciones y ofrecer un trato digno a las personas con estas necesidades.
Para saber más sobre la interpretación o algunas de sus especializaciones, recomendamos los siguientes artículos: La interpretación telefónica, La interpretación médica, Eurovisión y la interpretación interlingüística
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