Si, haciéndonos eco de la definición de turismo que nos da la OMT, definimos el turismo como una actividad económica y social que ofrece servicio a personas que se desplazan de su lugar de residencia, ya sea dentro o fuera de su país, una actividad intercultural e intralingüística que une a las culturas, lenguas y lugares, podemos hacernos una idea de la importancia que adquiere la traducción turística.
Con traducción turística nos referimos a la traducción de cualquier material como folletos, catálogos, carteles de información, menús, guías para museos… que se utilizan tanto para captar como para ayudar al turista. Sin embargo, este tipo de traducción, debido a su fuerte componente socio-cultural, conlleva muchas dificultades a la hora de ponerla en práctica.
Falta de conocimiento
En la traducción turística es fundamental tener un profundo conocimiento de la cultura del país y sus características. En una traducción directa se necesitan amplios conocimiento de la propia cultura mientras que en la traducción inversa es importante conocer la cultura de la lengua meta y ponerse en el lugar del destinatario potencial.
A este obstáculo le podemos añadir también la complicación derivada de las restricciones de espacio por la publicación del texto en un medio determinado y de los ajustes al formato del texto. En este caso, juega un papel fundamental el trabajo del traductor y del maquetador para que el formato sea lo más fiel posible al original.
Antropónimos, topónimos y nombres propios
Los nombres propios siempre suponen un problema a la hora de traducirlos y en el caso de la traducción turística todavía con más frecuencia ya que los textos turísticos contienen numerosas referencias a nombres propios (desde el nombre de los museos hasta incursiones en la gastronomía típica de cada región).
– En el caso de los topónimos existen equivalencias en otras lenguas, pero esto no siempre ocurre. El traductor está obligado a documentarse, siendo los atlas y enciclopedias sus mejores aliados.
– En el caso de referencias gastronómicas y de la idiosincrasia propia, el traductor buscará la solución adecuada según la función del texto. Son ya famosas y virales algunas fotos con errores en mayúsculas que encontramos en los menús turísticos de muchos restaurantes.
Textos originales mal redactados.
Por lo general, los textos turísticos tienen buena calidad y buscan ser novedosos, pero en ocasiones nos encontramos con textos que contienen errores gramaticales o léxicos en la lengua original y dificultan la labor del traductor.
Desde Montero Traducciones animamos a nuestros clientes a recurrir a un servicio de traducción profesional y altamente especializado para que no se vea comprometida la calidad de la traducción con unas consecuencias indeseadas para su negocio.
Fuente: OCW Universidad De Murcia (Autora: Lucia-Clara Serrano Lucas)
Imagen: Jorge Diaz Piña