La COVID-19, que comenzó su andadura en China, saltó luego a Italia, España y al resto de Europa, para después expandirse por toda América, ahora vuelve… y con fuerza.
Esta emergencia mundial nos ha dejado también importantes errores de redacción y de traducción por parte de los medios de comunicación y de las autoridades médicas y científicas, lo que ha generado gran confusión entre la población.
A lo largo de hoy y de mañana se está desarrollando, por vía telemática y bajo la dirección del periodista Mario Tascón, un interesante seminario que lleva por nombre “Coronavirus: relato, lenguaje y datos en los medios de comunicación”, promovido por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander y coordinado por la Fundación del Español Urgente, cuyo objeto es el estudio de las palabras que están utilizando los periodistas para contar la pandemia.
Mientras, desde aquí, queremos repasar algunos consejos lingüísticos que nos ofrece la RAE para una redacción correcta.
La COVID-19, no Covid-19. Se escribe este nombre con mayúsculas y con un guion antes de los dígitos, ya que se trata del acrónimo de la expresión inglesa coronavirus disease (enfermedad del coronavirus), donde disease significa ‘enfermedad’, por lo que su género es femenino (si bien es cierto que la RAE no señala como incorrecto el uso de “el COVID-19”).
El test o los tests. La voz de origen inglés test permanece invariable al formar el plural: los test. No tenemos que olvidar que, aunque la palabra test aparece recogida en los principales diccionarios del español, existen alternativas recomendables como prueba, cuestionario, examen o análisis (en ámbito medico).
Brote y rebrote. Brote es un término más amplio, mientras que rebrote es más preciso, pues implica que ya se ha controlado y eliminado algún brote anterior. En la situación actual, es válido afirmar que vuelve a haber brotes en una localidad o que hay rebrotes o nuevos brotes en las últimas semanas.
Ola y oleada. La Real Academia Nacional de Medicina considera que en epidemiología es la voz ‘ola’ (que puede considerarse sinónima de ‘fase’) la que empezó a utilizarse por su parecido con el movimiento característico de subida y bajada de las olas del mar. Con este sustantivo se hace referencia a un número creciente de personas infectadas por una enfermedad, que alcanza un máximo para, a continuación, descender más lentamente.
Fómite. Se trata de una palabra propia del ámbito médico que, como explica el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina, designa a un ”objeto inanimado que, por estar contaminado por microorganismos, puede transmitir infecciones”, como, por ejemplo, un guante, una mascarilla o un envase contaminados. Aunque en ocasiones se ve escrita sin tilde, debe llevarla, pues se trata de una palabra esdrújula. Su plural es fómites.
La lista completa de las recomendaciones lingüísticas se puede encontrar en el siguiente enlace.