BASES TERMINOLÓGICAS: UN ASPECTO CLAVE PARA LA TRADUCCIÓN JURÍDICA

Las bases terminológicas son una herramienta fundamental para evitar que se produzcan inconsistencias o imprecisiones en tus traducciones del ámbito legal. En este artículo, descubrirás más sobre este utilísimo recurso.

Dada la complejidad característica del lenguaje jurídico, así como el tipo de contenido tan sensible, la traducción de documentos legales plantea muchos desafíos. Si se comete algún error de traducción, este puede dar lugar a conflictos legales o sanciones, e incluso dañar tu reputación. Por ello, garantizar la precisión en este sector es de vital importancia.

Las bases terminológicas permiten lograr ese rigor que precisa la traducción jurídica. En concreto, los equipos de traducción, así como otras partes involucradas, las utilizan para poner en común la terminología correcta para un caso específico. Gracias a ellas, te asegurarás de que, en cada documento que traduzcas, se utilice siempre la misma terminología, una que hayas validado previamente.

En este artículo, te explicamos en más detalle qué son las bases terminológicas y por qué es aconsejable implementarlas en tus proyectos de traducción jurídica.

¿Qué es una base terminológica?

Una base terminológica (en ocasiones «TB», del inglés «termbase») es una base de datos de terminología. Dicho de otro modo, se trata de un glosario en el que se recogen palabras y expresiones propias de una especialidad concreta, de una industria o de una empresa.

En cada entrada, se incluye todo tipo de información relativa a un término, como:

  • Los términos de origen
  • Sus traducciones validadas a otros idiomas
  • Sus definiciones
  • Sus instrucciones de uso
  • Información contextual
  • Ejemplos
  • Términos que no hay que traducir

Por ejemplo, en una base terminológica específica para la traducción de contratos legales, es probable que aparezcan términos como «arbitration» (arbitraje), «breach of contract» (incumplimiento de contrato) o «force majeure» (fuerza/causa mayor). En la traducción de solicitudes de patente para un/a inventor/a, encontrarás palabras como «claims» (reivindicaciones), «inventive step» (actividad inventiva) o «prior art» (técnica anterior).

¿En qué se diferencia una base terminológica de una memoria de traducción?

No hay que confundir las bases terminológicas con las memorias de traducción (en ocasiones «TM», del inglés «translation memory»). Si bien ambas se utilizan para gestionar activos lingüísticos, las memorias de traducción sirven para almacenar segmentos de texto ya traducidos. Estos «segmentos» pueden ser frases, párrafos o sintagmas (p. ej., encabezados).

Este tipo de software registra el texto a medida que lo vas confirmando (tanto en el idioma de origen como en el de destino) para que puedas reutilizarlo en el futuro. Cuando en un nuevo proyecto aparezca la misma frase o una parecida, la TM se encargará de proponer al equipo lingüístico una traducción basada en un proyecto anterior.

Veamos cómo funciona esto en la práctica. Imagina que necesitas traducir un contrato legal y aparece esta frase: «Any VIOLATION of confidentiality will result in legal proceedings and the right to seek damages» (Cualquier VIOLACIÓN de la confidencialidad acarreará acciones legales y nos legitimará a la reclamación de daños y perjuicios).

En un contrato traducido con anterioridad, aparecía una frase muy similar: «Any BREACH of confidentiality will result in legal proceedings and the right to seek damages» (Cualquier INCUMPLIMIENTO de la confidencialidad acarreará acciones legales y nos legitimará a la reclamación de daños y perjuicios).

La TM reconocerá esta similitud y mostrará la versión ya traducida a modo de propuesta. Aprovechar una traducción existente puede ahorrarle mucho tiempo al equipo lingüístico.

¿Por qué es recomendable utilizar una base terminológica para las traducciones jurídicas?

Este recurso comporta 4 ventajas principales:

  1. Precisión: te asegurarás de estar utilizando la terminología correcta para contextos legales específicos.
  2. Consistencia: aumentarás la consistencia entre tus distintos documentos jurídicos, lo que reducirá el riesgo de cometer errores de interpretación y sus consiguientes complicaciones legales.
  3. Ahorro de tiempo: reducirás el tiempo necesario para encontrar la terminología correcta.
  4. Optimización de los resultados de traducción automática: mejorarás la calidad de las propuestas de traducción generadas gracias a una gestión más eficiente de la terminología.

¿Qué términos deberías incluir en tu base terminológica?

Todos los términos que formen parte de tu área de especialidad o de tu empresa deben estar registrados en tu base terminológica. Estos son nuestros consejos para ayudarte a seleccionar qué palabras y expresiones incluir:

  • Registra, aparte de la terminología jurídica habitual, otras expresiones propias de un área de especialidad y las cláusulas contractuales.
  • Añade todos aquellos términos propios de los documentos legales de tu organización.
  • Identifica qué términos pueden resultar ambiguos.
  • Anota qué términos prefieres que no se utilicen e indica qué sinónimos se pueden emplear en su lugar.

Cómo sacarle el máximo provecho a una base de terminología jurídica

Ahora que ya sabes qué es una base terminológica, no estaría de más descubrir cómo sacarle a la tuya el máximo partido.

  • Incluye términos que prefieras que no se traduzcan

En ocasiones, habrá contenido que prefieras mantener en el idioma de origen (p. ej., nombres propios, denominaciones de juzgados o tribunales o actos jurídicos).

Asegúrate de que dejas constancia de este tipo de términos para que tu proveedor de servicios lingüísticos conozca tus preferencias.

  • Categoriza tu base terminológica

La terminología jurídica puede variar según el área legal. Por ejemplo, los términos legales que se utilizan en los contratos pueden ser distintos a los que se utilizan en el derecho constitucional.

Piensa, por ejemplo, en el término «consideration». En derecho contractual, «consideration» (contraprestación) se refiere a un concepto que garantiza que ambas partes intercambien algo de valor, de modo que se cree un acuerdo equilibrado y vinculante. En derecho constitucional, «consideration» (toma en consideración) se refiere a una examinación exhaustiva por parte de los legisladores.

  • Ten presentes los regionalismos

Un mismo idioma puede tener distintas variantes por región. Por ejemplo, el chino se habla en China, pero también en Taiwán, Hong Kong, Singapur y Malasia. Por ello, es posible que la traducción de un mismo término varíe según la cultura y las costumbres locales de cada región.

  • Actualiza tu base terminológica con regularidad

Las lenguas evolucionan, y las bases terminológicas deben evolucionar con ellas. Tu base terminológica tiene que crecer y actualizarse siempre que surjan nuevos términos relevantes.

Recuerda que no solo es importante añadir nuevos términos, sino también eliminar aquellos que vayan quedando obsoletos.

  • Utiliza tu base terminológica para hacer controles de calidad

Tu base terminológica también puede servir para comparar traducciones con terminología validada. De este modo, podrás verificar si existe consistencia lingüística y comprobar si se están respetando tus preferencias de terminología jurídica.

  • Pide a un/a experto/a en la materia que revise toda la terminología

Un equipo de traducción profesional debería revisar los términos que vayas añadiendo a tu base terminológica. Ten en cuenta que las traducciones recogidas en ella se considerarán «oficiales».

Tanto si gestionas un único proyecto de traducción como si gestionas varias tareas lingüísticas con equipos más grandes, las bases terminológicas te serán de gran ayuda. Se trata de una herramienta esencial para potenciar la precisión y la consistencia en traducciones jurídicas.

En Montero, invertimos en softwares de gestión terminológica pioneros en el mercado para garantizar que nuestras bases de datos estén siempre refinadas. Descubre cómo podemos ayudarte con tus proyectos de traducción jurídica.

 

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